Mentiras

Esta foto la saqué este sábado bajo los arces que rodean el Museo del Prado, durante la manifestación contra la LOE en Madrid. Todo el paseo hasta Atocha estaba abarrotado de gente. Nosotros estuvimos sin poder movernos del sitio que muestra esta foto. Pero según manipuladores como el Delegado del Gobierno, El País, El Periódico de Catalunya y algún otro (todos, curiosamente, incondicionales del Gobierno socialista), esta gente que podéis ver en la foto no existía, no estaba ahí. ¿No es absurdo? Entiendo que en toda manifestación haya guerra de cifras, pero me parece una tomadura de pelo que un representante del Gobierno y medios de comunicación con tantos lectores se permitan dar cifras basándose en simples cálculos de la zona, sin haberse molestado siquiera en comprobar qué sitios estaban abarrotados de gente. Cada día estoy más convencido de que algunos personajes no toleran a la Iglesia Católica porque el Cristianismo no acepta la mentira. Y es que contra esta manifestación, contra quienes fuímos a ella y contra quienes la convocaron, el Gobierno, el PSOE y sus medios afines han estado y siguen recurriendo sistemáticamente a las mentiras más burdas, más descabelladas y más desvergonzadas, y por supuesto, han recurrido además a la mentira en sus versiones más repugnantes y dañinas: la difamación y la calumnia. Parten de la mentalidad totalitaria de que una mentira repetida mil veces puede pasar por verdad, y parten del concepto intolerante y sectario de que quienes discrepamos de ellos no nos merecemos el más mínimo respeto ni la menor consideración, porque en su visión totalitaria y maniquea somos poco más que un enemigo a eliminar y contra el que no caben concesiones. Lo que están haciendo este Gobierno y sus acólitos me parece algo despreciable, y que retrata muy bien qué clase de personas nos gobiernan. Para su desgracia, ya somos unos cuantos millones de españoles los que no estamos dispuestos a renunciar a esta democracia que tanto nos ha costado construír para que la izquierda radical recorte nuestros derechos y libertades y nos imponga una dictadura. No nos vamos a callar. No les tenemos miedo. Si hace falta volver a salir a la calle y movilizarnos para defender lo más básico de nuestra democracia, lo vamos a seguir haciendo.