Ensueños
Yo voy soñando caminos de la tarde. ¡Las colinas doradas, los verdes pinos, las polvorientas encinas!... ¿Adónde el camino irá? Yo voy cantando, viajero a lo largo del sendero... -La tarde cayendo está-. "En el corazón tenía "la espina de una pasión; "logré arrancármela un día: "ya no siento el corazón." Y todo el campo un momento se queda, mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río.
La tarde más se obscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir: "Aguda espina dorada, "quién te pudiera sentir "en el corazón clavada."
(Antonio Machado, 1906)
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